Introducción

Todas y todos comprendemos que la educación es un derecho sin distinción que debe ser garantizado. Porque cuando las niñas o los niños dejan de estudiar, están más expuestos a violencia, trabajo infantil u otros riesgos. Por tanto, después de una pandemia que no solo ha devastado muchas familias, sino que ha dejado secuelas emocionales en la comunidad educativa, valdría la pena contestar la pregunta: ¿qué es lo imprescindible en la educación? (Zubiría 2021). 

En el siguiente artículo se exponen las propuestas para readaptarse a una nueva escuela, que tendrá como centro el bienestar del estudiante, ampliando su mirada hacia el desarrollo de experiencias dentro y fuera de la escuela, promoviendo la construcción y la autonomía en sus procesos de aprendizaje (Minedu, 2021).

La nueva escuela

Para construir una nueva escuela se necesita que todos cambiemos nuestros paradigmas y rediseñemos juntos la experiencia escolar, reconociendo la importancia de la diversidad y el aporte de las experiencias vividas y de los aprendizajes de la familia y la comunidad (MINEDU, 2021).

La educación no es para igualar, sino para exaltar las habilidades y las diferencias que cada estudiante tiene, es momento de valorar al ser humano y valorarlo es permitirle ser quien es (Espinel, 2021).

¿Por qué construir desde la inclusión?

Porque no puede existir educación sin inclusión. La diversidad del grupo de estudiantes debe ser celebrada, ya que nos enriquece como seres humanos. Mientras que algunos pueden tener discapacidad; otros pueden estar en situación de pobreza; tener necesidades educativas especiales (temporales o permanentes); pueden ser migrantes, refugiados o desplazados internos; pueden pertenecer a minorías étnicas o religiosas o pueblos indígenas; pueden vivir en zonas rurales remotas; pueden pertenecer a un grupo marginal; pueden trabajar después de la escuela; tener problemas de salud, ser huérfanos, zurdos, asmáticos o alérgicos (Miño, 2021). Y es que la educación no es para igualar, sino para exaltar las habilidades y las diferencias que cada estudiante tiene, porque es momento de valorar al ser humano y valorarlo es permitirle ser quien es (Espinel, 2021).

Si queremos encaminarnos a una escuela nueva, debemos identificar las creencias erróneas frente a la educación en diversidad, la especialista Rebeca Anijovich (2014) nos señala lo siguiente:

Para atender la diversidad no es necesario diseñar una actividad para cada estudiante. Porque todos somos seres sociales con intereses comunes y semejanzas en capacidades y puntos de partida. La estrategia del docente en el aula será formular consignas de trabajo claras para los diferentes grupos, porque esto permitirá una diversidad de respuestas y estilos.

La educación en diversidad no solo funciona con grupos pequeños. Si ampliamos la mirada, descubriremos que un buen trabajo en equipo favorece el desarrollo de la tolerancia y resolución de conflictos. La estrategia del docente será entrenar la observación para aprender cuándo intervenir y cuándo abstenerse para dejar que los diferentes grupos encuentren su propia dinámica de funcionamiento.

Cuando las y los estudiantes asumen el protagonismo en su aprendizaje, el docente no pierde el control de la clase. Porque al ofrecerles opciones, ellas y ellos aprenderán a elegir y trabajar con autonomía. Por tanto, la estrategia del docente será mantener cierto equilibrio en el grado de dificultad de la propuesta, y las ventajas y desventajas de cada opción para los diversos grupos.

Este enfoque no sólo sirve para enseñar, sino también para evaluar. Porque la enseñanza, aprendizaje y evaluación es un círculo que permite retroalimentar y concientizar a las y los estudiantes sobre sus fortalezas y debilidades.

No se ofrecen más actividades o tareas a quienes terminan primero. Porque la educación en diversidad intenta respetar los ritmos individuales y ofrecer actividades tanto académicas como recreativas. Por tanto, la estrategia del docente debe ser la de ampliar el espacio de aprendizaje e incluir la biblioteca, sala de juegos, sala de videos y sala de descanso.

Conclusiones

La emergencia sanitaria por el COVID-19 ha llevado a la comunidad educativa a descubrir nuevos espacios, medios y formas creativas e innovadoras de responder a los desafíos que implicó el acceso al servicio educativo. De aquí se desprende la importancia de construir desde la inclusión para seguir cambiando hacia una nueva escuela, donde están implicados: estudiantes, docentes, familias, directivos y comunidad en general.

Surge la necesidad de reconocer las diferencias y brindar disposiciones que permitan la atención diferenciada. Por tanto, es el docente que, conociendo las características y necesidades de aprendizaje de su grupo, pondrá énfasis en aquellas alumnas y aquellos alumnos en quienes observa mayor necesidad o dificultad, generando un clima positivo donde todas y todos se sientan incluidas e incluidos. 

Referencias Bibliográficas

Anijovich R. (2014). Gestionar una escuela con aulas heterogéneas. Enseñar y aprender en la diversidad. Recuperado de: https://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2017/11/GESTIONAR-UNA-ESCUELA-CON-AULAS-HETEROGENEAS.pdf

Espinel, I. (2021). Educar es cuidar. Recuperado de: https://es.unesco.org/covid19/educarescuidar

MINEDU (2021). Resolución Ministerial N.º 531-2021 MINEDU y RM N.º 048. Recuperado de: https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/2652127/RM%20N%C2%B0%20531-2021-MINEDU.pdf.pdf

Miño, C. (2021). La educación es el camino. Recuperado de: https://es.unesco.org/fieldoffice/quito/inclusion/la-educacion-es-el-camino

Zubiría, J. (2021). ¿A qué escuela volveremos? Una reflexión sobre los cambios que se esperan al retornar a las escuelas presenciales. Recuperado de: https://www.ekosnegocios.com/articulo/a-que-escuela-volveremos-una-reflexion-sobre-los-cambios-que-se-esperan-al-retornar-a-las-escuelas-presenciales