Existen diversas experiencias, también denominadas como buenas prácticas, dentro de las instituciones educativas orientadas a la innovación. Dichas experiencias no son siempre conocidas o no tuvieron la posibilidad de ser compartidas y fortalecidas dentro del sistema educativo; así como muchas de ellas se encuentran aún en fases iniciales de desarrollo. No obstante, estas buenas prácticas cuentan con significación para los miembros de la comunidad educativa y corresponden a los contextos particulares de cada escuela.
Además, las buenas prácticas son experiencias significativas que tienen mucho potencial y se encuentran, en muchos de los casos, en tránsito hacia la innovación. Para su sostenimiento se requieren de estrategias de fortalecimiento, entre las que se destaca el desarrollo profesional de los docentes.
Otra de las estrategias para lograr el fortalecimiento de las buenas prácticas es la sistematización, que es la interpretación crítica de una o varias experiencias mediante su ordenamiento y reconstrucción. De esta manera, se descubre la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí y por qué lo han hecho de ese modo (Jara, 1998, citada en Unesco, 2016).
En ese sentido, la sistematización es importante ya que permite reconstruir el proceso de desarrollo de las buenas prácticas. Para ello, los docentes y los equipos de las instituciones educativas emplean esta metodología con el fin de identificar los factores que promovieron sus experiencias de cambio, así como para valorar sus buenas prácticas.
De la misma manera, la sistematización es un recurso valioso para “mirarse a sí mismo” y ser críticos, al igual que para reconocer los avances y continuar el proceso de aprendizaje. Además, integra la reflexión sobre la propia experiencia y es una oportunidad para crecer profesionalmente.
En síntesis, y de acuerdo con la Unesco, la sistematización permite construir mejores aprendizajes sobre las evidencias de los cambios que se generan desde los docentes, directivos y las instituciones educativas. Asimismo, permite comprender, mejorar y transformar la experiencia educativa a través del análisis de qué y cómo se está enseñando, y qué y cómo los estudiantes están aprendiendo.
Adaptado de:
Unesco. (2016). Metodología de Sistematización de Experiencias Educativas Innovadoras- Serie “Herramientas de apoyo para el trabajo docente” (Primera ed., Vol. 1). Lima, Perú: Editora Cartolan. Recuperado de http://disde.minedu.gob.pe/handle/MINEDU/5137
Excelente articulo , sobre la importancia de sistematizar como estrategia de reforzar las buenas prácticas
Es muy importante porque podemos aprender de otras experiencias y hacer réplica en nuestras propias IE. Siempre aprendiendo.
La sistematización permite compartir experiencias exitosas que realizamos con los estudiantes en diferentes espacios y realidades educativas.
Muy de acuerdo con la sistematización de la buenas prácticas, porque nos permite construir nuevos conocimientos a la luz de las teorías y la buenas prácticas.